El modelo profesional se encuentra normalmente vinculado con empresas del sector terciario. El trabajo realizado en estas organizaciones se sustenta en rutinas organizativas complejas, basándose en la estandarización de las habilidades. Las tareas realizadas son repetitivas y estables, facilitándose la estandarización y normalización, lográndose un perfeccionamiento continuo. El trabajo es realizado por un núcleo de profesionales altamente especializados, pero que también tienen un control considerable sobre su trabajo, por lo que la organización les cede parte de su poder, asignándoles la coordinación y el control del trabajo.
El entorno es simultáneamente complejo y estable. Complejo porque se precisan múltiples y sofisticados conocimientos, y al mismo tiempo estable porque no existen grandes variaciones en el trabajo realizado. Sin embargo, aunque los procedimientos se puedan normalizar es tal su grado de complejidad que los profesionales del núcleo operativo disponen de un alto grado de libertad para su aplicación.
La estructura de este tipo de organización se compone de una cadena de mando corta y un amplio núcleo operativo de profesionales, por lo que es una estructura plana, donde los profesionales se agrupan mediante un criterio funcional. Como la coordinación se basa en la estandarización de conocimientos y habilidades, ésta se consigue contratando profesionales con formación similar, que tras un breve período de permanencia en la organización son capaces de conocer y aplicar los procedimientos comunes de trabajo.
La contratación de profesionales tiene dos consecuencias. En primer lugar, la organización necesitará poca tecnoestructura ya que la principal estandarización se debe a la capacitación de los profesionales, que es realizada fuera de la organización. En segundo lugar, la toma de decisiones estará muy descentralizada al recaer sobre los distintos profesionales, quienes además de tomar decisiones sobre su trabajo también participan en decisiones administrativas de carácter general.

Dada la independencia de los profesionales en su trabajo, el tamaño de las unidades operativas puede llegar a ser grande y necesitarse poca cantidad de gerentes de primera línea. En cambio, los profesionales necesitan del respaldo de un numeroso personal de apoyo.
Es normal que exista una estrategia global estable y explícita para toda la organización y que coexistan con ella otras estrategias más fragmentadas y sometidas a un mayor cambio, lo que permite cierta flexibilidad al modelo. La formulación de la estrategia global es realizada por el equipo directivo con la colaboración de los profesionales, mientras que las operativas están en manos de estos últimos.
Una de las principales ventajas de este modelo con respecto a los otros es que el alto grado de autonomía dado a los profesionales les sirve de estímulo, lo que hace que se centren en su trabajo, permitiéndole un desarrollo y perfeccionamiento continuados. En cambio, el centrarse tanto en su vocación y en sus propios objetivos, puede hacerle olvidar los fines de la organización, planteando problemas de coordinación.
La organización profesional encuentra problemas en los entornos dinámicos, ya que la innovación necesaria en ellos requiere de la cooperación y coordinación entre profesionales.
Para concluir, podemos decir que gran parte del prestigio y el éxito de la organización está subordinado al de sus profesionales, lo que depende en gran medida del grado de responsabilidad y dedicación individual de éstos.
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